Robots de Trabajo
Los robots y sus nuevos roles
Típicamente, los robots industriales han sido utilizados para la realización de tareas consideradas no deseables por los trabajadores humanos, como lo son todas aquellas por naturaleza aburridas, difíciles, sucias o peligrosas.
La amplia capacidad de los sistemas automatizados ofrece considerables beneficios al trabajador humano, pues además de fungir como medio de prevención de peligros ante situaciones de emergencia (tales como un derrame de químicos), ayudan a mitigar la generación de lesiones o efectos adversos a la salud derivados de la ejecución de labores en condiciones de riesgo. Algunos ejemplos incluyen desórdenes musculo-esqueléticos (resultantes de movimientos repetitivos y no ergonómicos), lesiones traumáticas (por manipulación de equipos rotativos, semiautomáticos o presurizados), quemaduras químicas y cortaduras graves (frecuentes en el procesamiento de carnes, metales y desbarbado de materiales).
Además de mantener a los trabajadores humanos alejados de la zona de riesgo, los robots ayudan a minimizar significativamente los riesgos derivados del error humano, ya que si la tarea a realizar es aburrida y repetitiva, el trabajador tendera como resultado de la fatiga a cometer errores, no obstante, un trabajador robótico podrá ejecutar esa misma tarea a velocidad constante y de manera precisa, cíclica e indefinida.
Los robots de última generación, poseen la habilidad adicional de poder trabajar en alta proximidad con humanos, creando así un ampliado abanico de potenciales aplicaciones. La convivencia entre humanos y robots colaborativos, de manera regular comprende tareas básicas como la entrega, paso y posicionamiento de materiales, así como la programación “teaching” de trayectorias a través de su direccionamiento manual para ser ejecutados posteriormente de forma automática o bajo demanda.
Resulta claro el efecto positivo que un robot colaborativo logra incluso en tareas parcialmente automatizadas, donde tanto el sistema robótico como el trabajo humano hacen uso pleno de sus fortalezas, desplegando al únisono por un lado la precisión, fuerza, resistencia y repetitividad, y por otro la flexibilidad, sensibilidad del tacto humano, creatividad y capacidad inigualable para solucionar problemas. Tal realidad se cristaliza, cuando de manera mas frecuente vemos a compañías fabricantes de automóviles fomentando la interacción entre humanos y robots, que trabajando de manera conjunta dígase en “la aplicación de selladores en puertas de vehículo”, se ve al robot aplicando un chorro de adhesivo mientras que un humano mantiene en posición a una tira preformada de hule sellador con los ágiles dedos de sus manos.
En consecuencia, resulta inteligible el hecho de porque cada vez con más frecuencia los robots están ocupando vacantes generadas por el rechazo de trabajadores humanos a realizar labores poco atractivas y satisfactorias, aquellas que nadie quiere ejecutar a pesar de lo mucho que el empleador este dispuesto a pagar.